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Uno de los problemas de la granada es pelarla. Una manera sencilla de hacerlo es cortándola por la mitad y con la maza de un mortero ir dándole golpes por la parte de la piel. De esta manera se van soltando los granos.

La granada puede formar parte de ensaladas con escarola y naranja, o formar parte de macedonias de fruta variada. Sus granos color rubí siempre dan un color sensacional a los platos. Aquí os dejo dos recetas: un zumo antioxidante y una salsa que puede acompañar carnes.

Zumo de naranja y granada

1 granada

4 naranjas

1 limón

Azúcar (opcional)

Pelar la granada y reservar los granos con unas gotas de limón para que no se ennegrezcan. Exprimir las naranjas. Licuar los granos de granada y mezclar con el zumo de naranja. Si lo encontramos poco dulce, añadir una cucharadita moka de azúcar.

Salsa de granada

Exprimir el zumo de 1 naranja y licuar los granos de 1 granada (guardar unos cuantos para decorar). Juntarlos y reservar. En una sartén, freír 1 cebolla picadita con un poco aceite de oliva virgen. Cuando esta casi dorada, añadir 1 cucharada sopera de harina. Mezclamos y dejamos dorar ligeramente la harina. Añadimos el zumo reservado dejándolo reducir unos 10 minutos. Juntar los granos que se han guardado y cocinar unos minutos más.

Esta salsa puede acompañar un solomillo a la plancha que habremos salpimentado.

 

Zumo-de-granadas