Se llama hipertensión (HTA) a una elevación sostenida de los niveles de la presión sanguínea por encima de los valores considerados normales (140 mm de Hg/90 mm de Hg).
En las personas con diabetes, insuficiencia cardíaca o insuficiencia renal con proteinuria se considera HTA, por el riesgo añadido, cuando los valores son superiores a 130 mm de Hg/85 mm de Hg o solo una de las dos.
En condiciones normales, la tensión arterial se puede modificar transitoriamente por el ejercicio o por el estrés, por eso se aconseja que antes de tomarse la tensión, la persona esté 10 minutos en reposo. También es importante que no se hayan ingerido estimulantes como el té o el café, como mínimo una hora antes. Si solo se detecta una sola vez la presión elevada, no se puede definir como HTA. Es necesario detectarla en 3 momentos diferentes con unos días de intervalo.
Pueden influir diferentes factores: personales, ambientales (edad, hábitos alimentarios y estilo de vida) y genéticos. La tensión arterial tiende a aumentar con la edad, también es corriente que aparezca si la persona es obesas, lleva una dieta rica en sal y pobre en potasio (poca verdura, fruta, fruta seca, legumbres y cereales integrales), bebe cantidades elevadas de alcohol, no realiza actividad física o padece estrés psicológico.
El 90% de los casos que sufren HTA son de causa desconocida, y menos del 10% es secundaria a otros procesos relacionados a alteraciones renales, cardiovasculares o del sistema endocrino.
Tratamiento
A parte de la medicación que pueda prescribir el médico, la primera medida es disminuir la aportación de sodio. Se recomienda que el consumo no exceda los 5-6g de sal al día.
Recomendaciones para reducir la ingesta de sodio:
– No adicionar sal ni en la cocina ni en la mesa
– Reducir o evitar alimentos ricos en sodio (embutidos, queso que no sea de Burgos, salazones, sopas de sobre, pescado ahumado).
– Evitar productos precocinados o preparados que acostumbran a tener un elevado contenido en sal y conservas en general.
– Leer las etiquetas de los alimentos aunque se suponga que no lleven sal. Pueden contener otras sales de sodio que no provenga de la sal común.
– Evitar aguas minerales con una concentración elevada de sodio. Algunas pueden superar 1g/L
Recomendaciones dietéticas
– Conseguir o mantener un peso saludable mediante una ingesta adecuada.
– Aumentar la ingesta de fruta y verdura por el contenido en potasio, ya que favorece la diuresis.
– Reducir el consumo de grasas saturadas y colesterol como factor de prevención cardiovascular a base de escoger las carnes más magras y eliminando la grasa visible antes de cocinarlo (pollo sin piel, pavo sin piel, conejo, caballo, tronco de lomo, ternera magra, lomo de buey, ternera o cerdo y desengrasar los caldos de carne o aves en frio; aumentar el consumo semanal de pescado fresco a 4 raciones; 4-6 huevos permitidos por semana (si no hay contraindicación médica); aliñar los platos con aceite vegetal (de oliva virgen, girasol) en lugar de mantequillas o margarinas, añadido después de cocinar para evitar el exceso de grasa y colesterol.
– El efecto del café en la tensión arterial es escaso y de breve duración, si no hay otras contraindicaciones, no es necesario suprimirlo pero si consumir con moderación.
– Ingerir cantidades adecuadas de calcio.
– Preparar platos para congelarlos después y no haber de utilizar precocinados, generalmente ricos en sodio.
– Hoy en día, se pueden encontrar en el mercado, diferentes productos pobres en grasa, colesterol y sodio (comprobar el etiquetado).
– Si hemos de comer fuera de casa, del menú, se pueden escoger las ensaladas, los productos de aves o pescado a la plancha o brasa, en lugar de fritos o guisados. Para evitar la adición excesiva de salsas se puede pedir que se sirvan a parte.
Cocinar y condimentar
– El mejor método de preparar alimentos es cocinarlos sin añadir sal.
– Evitar los métodos excesivamente grasosos como los guisados, estofados, fritos, empanados y rebozados.
– Es preferible cocinar la carne y pescado a la plancha, a la brasa, rustidos (horno, papillote), microondas, hervidos, al vapor.
– Es preferible las cocciones al vapor que el hervido, ya que los alimentos conservan el sabor natural y no es necesario sazonarlos.
– El sodio de los alimentos se puede reducir utilizando el remojo prolongado (más de 10 horas) o la doble cocción (a media cocción cambiar el agua ya que el sodio se disuelve en ella). Es útil a la hora de cocinar verdura, legumbre y pescado congelado y en conserva.
– Para que la comida resulte más gustosa se pueden utilizar diferentes condimentos.